El poder de la televisión

  • 22 Abr 2020
Ya han pasado 10 días desde que se estrenó el programa, de hecho ya se han emitido 2 capítulos y ha sido increíble la repercusión mediática que hemos tenido.

Yo y todos mis compañeros hemos recibido cientos de mensajes de felicitación y de asombro también, al vernos en la tele, es obvio que muy poca gente de nuestro entorno lo sabía y la sorpresa ha sido mayúscula.

Pero yo quiero aprovechar estas líneas para reflexionar sobre el poder de la tele, vivimos en un mundo en el que para bien o para mal hemos dado un poder absoluto a este medio de comunicación, nos creemos todo lo que vemos y oímos por ella y somos poco críticos respecto a la infinidad de mensajes que recibimos, bien sean consignas políticas, tendencias de moda o simplemente grandes acciones de marketing que nos llevan al consumo compulsivo.

Y sí, yo he salido en la tele en un programa, que a priori es un talent de cocina, y me está resultando una experiencia muy paradójica, primero porque el programa está grabado, por lo tanto yo tengo unas vivencias y recuerdos de como lo he vivido, y ahora la tele me muestra cuál espejo en el que mirarme, pero muchas de las cosas no tal cuál cómo las viví y es brutal porque no todos tienen esta experiencia de poder vivir dos veces la misma historia.
Y además me enseña que todo es relativo y que depende mucho del cristal con que se mire, quiero decir, una misma historia contada por diferentes personas se convierte en diferentes historias.

Y me hago infinidad de preguntas al respecto,

  • ¿puede un programa de entretenimiento trasmitir valores a la vez que entretiene?
  • ¿puede un programa de máxima audiencia contar historias de superación a la vez que entretiene?
  • ¿se puede pasar por un programa así, de tantísimas horas de grabación y cuando te veas con el programa editado y recortado reconocerte?
  • ¿cuán fuerte es el poder de la tele y las redes sociales para magnificar o denostar un simple gesto o una mirada?

Yo me quedo con lo bueno de la experiencia, que ha sido mucho y muy intenso, me quedo con lo divertido, me quedo con las risas, me quedo con el aprendizaje, me quedo con los amigos que he hecho, me quedo con las lecciones que he aprendido y me quedo con todas las emociones, buenas y malas que he vivido.

Ahora el aprendizaje es otro y es  saber agradecer todas las muestras de cariño que estoy recibiendo y  saber mantener al ego en sus sitio, que la tele no me convierta en lo que no soy.