MasterChef 8

Para mi presentarme a MasterChef ha sido un paso grande en cuanto a la exposición pública que supone salir en un programa de máxima audiencia en TVE. Cuando ya había pasado todos los castings y me vi con posibilidades reales de entrar en el programa sentí un vértigo enorme y me tuve que parar a reflexionar si eso es lo que quería y sobre todo, ¿cuál era mi objetivo al dar ese paso?.

A mi me ayuda mucho hacerme dos preguntas importantes cuando tengo que tomar una decisión y son ¿desde dónde? Y ¿para qué? Es decir, desde que plano tomo esa decisión, desde el plano físico, mental o energético y realmente a mi me vibraba super fuerte a nivel de corazón, creía que dentro de mi propósito de vida tenía que superar ese miedo que yo aún arrastraba de darme a conocer a un nivel tan fuera de mi alcance y por lo tanto estar preparada para todo el feedback que recibiese después.

Y el para qué estaba claro, era una oportunidad que me presentaba la vida de dar un paso más en mi evolución personal  y vencer el miedo a una exposición pública de poder mostrar un poco más allá de mi entorno, de mi familia, de mis amigos, que la vida es cuestión de actitud y de ponerle ganas. Además sentía que me lo debía a mi misma y quería poner mi pequeño granito de arena y dar visibilidad desde la normalización a las personas con algún tipo de discapacidad, aunque es una palabra que no me gusta mucho utilizar, ya que creo que todos tenemos capacidades y debilidades aunque es cierto que algunas son más visibles que otras.

Y ya vés cómo dice un antiguo percepto zen, cuando llegas al precipicio y te atreves a saltar, dos cosas te pasarán, o que encuentres algo dónde apoyarte o que aprendes a volar.

Yo salté, así que estoy aprendiendo a volar.

Master Chef
Sonsoles, eliminada de las cocinas de Masterchef 8